DE ARGENTINA A ITALIA, DE CÓRDOBA A LA PUGLIA – PARTE 3

Luego de una larga pausa, volvemos a contarles las aventuras de Raíz Italiana y concluimos con la experiencia en Puglia de Emiliano y Melina.

 

Después de 3 meses de vivencias, viajes, historias encontradas y nuevas amistades, el 27 de Julio, la comunidad de Guagnano dio la bienvenida oficial a un nuevo “paisano guagnanse”.

 

Desde su llegada a Italia, Emi y Meli reflejaron el espíritu que desde Raíz Italiana intentamos promover; dar a los descendientes de italianos, la posibilidad de vivir en Italia una experiencia auténtica y de adquirir mayor conciencia respecto a los propios orígenes.

 

Conocieron y vivieron en todos los aspectos la ciudad, no como turistas, sino como verdaderos ciudadanos, gracias a la hospitalidad de los habitantes de Guagnano, que desde el primer día los hicieron sentir parte de su realidad. Por esto es que se hicieron presentes todos los amigos más cercanos que conocieron en este tiempo, a acompañar y celebrar este momento especial.

 

Y como momento especial que era, desde Raíz Italiana quisimos darle una sorpresa a nuestro chef ahora ítalo-argentino, invitando a cerrar este paso por Puglia a nuestro querido amigo Donato De Santis, ya símbolo de la comunidad italiana y pugliese del otro lado del océano, quién se convirtió simbólicamente en padrino y testimonio de Emiliano como ciudadano italiano.

 

En presencia de la responsable del Ufficio Anagrafe del Comune de Guagnano, Emiliano firmó finalmente su acto de ciudadanía y se convirtió a todos los efectos en Ciudadano Italiano.

 

Los festejos se continuaron en uno de los locales de las maravillas culinarias salentinas, L’Orecchietta, acompañado de un brindis especial con uno de los vinos representativos de la zona, Amure delle Tenute Eméra, gracias a nuestra amiga Alessandra Quarta.

 

Así termina esta historia, dejándonos felices de que Emi y Meli se conviertan en testimonio de que la obtención de la ciudadanía italiana no tiene solo una función instrumental, sino que adquiere un valor afectivo que permite reforzar el lazo entre Italia y los países que hospedaron a nuestros emigrados y sus familias.