Buscando raices, descubrimos un «paese da favola»
Todo empieza con la historia de Susana, nacida en Santa Fe y cordobesa por adopción, pero como gran parte de los argentinos, descendiente de inmigrantes italianos que aún quieren descubrir el origen de su familia.
Por 30 años estuvo buscando el lugar donde nacieron y vivieron sus antepasados, hasta que un día tuvimos el privilegio de acompañarla en su aventura.
Desde el momento que nos contactó, nos dedicamos a reconstruir paso a paso la historia de la familia Starna, rastreando a traves de documentos que ella conservaba y memorias transmitidas de generación en generación, el lugar donde sus bisabuelos Sabatino y Caterina formaron su familia, para luego desembarcar con sus 4 hijos (Olimpia, Erminia, Giuseppe y Francesco) en suelo argentino.
La búsqueda estaba centrada en Francesco, el menor de la familia y nonno de Susana por parte materna. Los datos con los que partimos eran muy pocos, pero luego de cruzar información aquí y allá, de verificar comune por comune, dimos finalmente con las partidas de nacimiento de Francesco y sus hermanos, en la magnífica Civita di Bagnoregio.
Este pueblo que parece salir de un libro de cuentos, se encuentra inmerso en el corazón de la región Lazio, a unas pocas horas de Roma, y es conocida en la actualidad por ser «la ciudad que muere» (la città che muore).
Con tan solo 8 residentes estables, surge a 443 metros de altura, sobre una colina de toba (piedra caliza, muy porosa y ligera, típica de la zona) que corre el riesgo de desaparecer debido a la continua erosión de los dos torrentes que corren en los valles, además de la acción de la lluvia y del viento.
Se accede solamente a través de un puente que la conecta con la actual ciudad de Bagnoregio, y al llegar es como encontrarse en un lugar detenido en el tiempo; un grupo de casas y construcciones medievales que fueron abandonadas por sus residentes en el correr de los siglos, pero conservadas en excelentes condiciones y donde funcionan solamente algunos bares, restaurantes y hospedajes, en una atmósfera única y surreal.
Una emocionante historia y un lugar inolvidable.
Gracias a Susana y su familia por contactarnos y permitirnos ser parte de un descubrimiento tan especial!!!